Un platillo típico mexicano, lleno de sabores intensos y perfecto para ocasiones especiales.
• 4 chamorros de cerdo (delanteros o traseros)
• 1 taza de caldo de pollo (o agua)
• 1 hoja de laurel
• Aceite vegetal (para sellar)
• Sal al gusto
Para el adobo:
• 5 chiles guajillo, sin semillas y desvenados
• 3 chiles anchos, sin semillas y desvenados
• 2 dientes de ajo
• ½ cebolla
• ¼ taza de vinagre de manzana
• 1 cucharadita de comino
• 1 cucharadita de orégano
• ½ cucharadita de clavo molido
• ½ cucharadita de pimienta negra
1. Remoja los chiles guajillo y ancho en agua caliente durante 10 minutos hasta que estén suaves.
2. Licúa los chiles con el ajo, la cebolla, el vinagre de manzana, comino, orégano, clavo, pimienta y un poco de caldo de pollo o agua hasta obtener una mezcla uniforme.
1. Coloca los chamorros en un recipiente grande y cúbrelos completamente con el adobo.
2. Tapa y deja marinar en el refrigerador durante 4 horas como mínimo, o idealmente toda la noche para intensificar el sabor.
1. En una olla grande, calienta un poco de aceite vegetal y sella los chamorros a fuego medio-alto hasta que estén dorados por todos lados.
2. Agrega la hoja de laurel, el resto del adobo y el caldo de pollo.
3. Cocina a fuego bajo con la olla tapada durante 2-3 horas, o hasta que la carne esté tan suave que se desprenda fácilmente del hueso.
• Opción rápida: Si usas una olla de presión, cocina por 1 hora.
1. Sirve los chamorros con un poco de la salsa en la que se cocinaron.
2. Acompaña con arroz rojo, frijoles refritos y tortillas de maíz recién hechas.
• Para un toque extra de sabor, acompaña con ensalada de nopales o cebollitas asadas.
• Si prefieres una textura más crujiente, hornea los chamorros después de cocerlos, a 200 °C durante 15 minutos.
